miércoles, 4 de julio de 2007

Algún comentario cinematográfico: de Apocalypto a Crash

Pido disculpas por el tiempo que llevo sin escribir en la bitácora pero me ha sido realmente imposible. Entre los viajes por motivos de trabajo y el resto de mis ocupaciones el lapso que dedico a mantener este blog ha quedado pulverizado. No obstante como mi compromiso con él es decidido: aquí estoy de nuevo.

Afortunadamente los vuelos te permiten hacer algunas cosas, como ver películas, que lamentablemente en mi día a día no tengo mucha ocasión de hacer.

La verdad es que hubo dos que me gustaron, no tanto por su calidad cinematográfica, que ambas la tienen – aunque no seré tan pedante de creerme con capacidad de hacer un análisis técnico en la materia pues mi impericia quedaría notoria –, sino por lo que me hicieron reflexionar. Se trata de Crash de Paul Haggis (director y guionista) ganadora de tres Oscars (entre ellos el de mejor película) y de Apocalypto de Mel Gibson (director y guionista también). Una realizada desde una autoría progre y la otra por un retro. A pesar de ser una bisoñada diré que en las dos obras el ritmo narrativo es trepidante y la fotografía se ajusta perfectamente a lo que se pretende transmitir. Posiblemente la de Gibson tenga una impacto visual y una capacidad de transmitir lo que sienten los personajes, fundamentalmente el miedo, que yo calificaría - nunca mejor dicho - de salvaje. Este autor domina a la perfección la esencia genuina del cine que no es otra que el lenguaje visual.

Quiero advertir previamente que mis expectativas al sentarme a ver el siguiente largometraje de don Mel tras La Pasión de Cristo eran prácticamente imposibles de satisfacer. La Pasión es más que una mera película. Para mí, es el único filme de temática religiosa realizado con fe y no solo con sentimentalismo o admiración. Además, para mí, insisto, también es la única película, que recuerde, confeccionada bajo una visión católica y no protestante o judía que es lo que domina Hollywood y que por supuesto respeto, valoro y considero pero no me colma.

Voy al grano: Apocalypto nos muestra una sociedad precristiana y Crash otra postcristiana. En los dos casos existen muchos elementos comunes pero todos ellos tienen la misma causa: la ausencia de Cristo.

Al igual que hizo en La Pasión, Apocalypto comienza con una frase que sintetiza la moraleja de lo que vamos a presenciar. En aquella, con un texto procedente del cuarto canto del siervo de Yahveh de Isaías, nos advertía que toda la atroz tortura sobre un solo hombre, de la que íbamos a ser testigos durante la proyección, tenía como fin el curarnos a nosotros, los seres humanos, de los incontables males que hemos cometido en toda la historia. Que ese hombre iba a pagar injusta y gratuitamente la nota de cargo que nuestras culpas habían acumulado. Y como aquel hombre resulta que también es Dios nos aclaraba la causa de toda esta obra de salvación de la humanidad y que nos otra que el incondicional amor de Dios a todos nosotros. Por su parte, la película que nos ocupa comienza con una cita del historiador y filósofo norteamericano Will Durant: "Una civilización no es conquistada desde fuera hasta que se destruye ella misma desde dentro" que ilustra claramente lo que viene a continuación.

El director pretende transmitir sin rubor los evidentes beneficios y méritos de la egregia epopeya que supuso la evangelización española del Nuevo Mundo pero habida cuenta de la irrespirable atmósfera anticristiana que padecemos que tiene a la evangelización de América como una de sus principales fobias se niega a mostrar explícitamente su intención. Sería una tarea imposible, la prevención que tiene la masa, bien adoctrinada, frente a todo lo que represente un enaltecimiento de cualquier verdad que huela a tradicional -¡vamos, a católico! – parapetaría de plano el mensaje de la película. Entonces, en un alarde de ingenio prodigioso, le da la vuelta a la tortilla, y lo que muestra es el contraste, el negativo de lo que realmente quiere comunicar. Si no quieren ver la luz, sometámoslos a las tinieblas, para que de esta forma, anhelen lo que no tienen. Esto es exactamente lo que hace Gibson mostrar sin tapujos lo que era la vida antes de la evangelización (española, aunque esto es coyuntural, fue española). Por esta razón no hay violencia gratuita ya que esta, en la película, tiene un fin y cuanto mayor sea la crudeza – como ocurría con La Pasión – mayor es su eficacia, pues de lo que se trata es de mostrar, no de demostrar, y para eso hay que ver. Y lo que ostenta es la fealdad de la sociedad sin Cristo.

En Apocalypto, con una autenticidad histórica que va mucho más allá que los simples detalles, entramos en un mundo donde, tal y como ha ocurrido siempre, existen los poderosos y los débiles. Vemos que las personas en medio de la sombras de su ignorancia sustancial tratan de vivir moralmente en consonancia a los valores que la naturaleza y sus tradiciones les enseñan. Estos valores son fundamentalmente el amor a la vida, la familia y la tierra donde viven. Además se esfuerzan por encontrar, sin una luz clara que los guíe, el sentido trascendente de su historia a través de las fuerzas de la naturaleza, sus difuntos y sus dioses. Pero también se ve que esta búsqueda no tiene mucho éxito, dejando al hombre solo y abrumado al albur de sus limitadas potencialidades. Por otro lado, quedan patentes los frutos del pecado original, como en todas las épocas, en los odios, egoísmos, envidias, violencia y crueldad. Y cómo no, aparece la figura del poder en su concepto más esencial cuando un imperio, como el Maya, emerge con un dominio apabullante, tratando de sojuzgar a los más débiles para exhibir obscenamente su prepotencia de la forma que le es más característica: asesinando arbitrariamente como signo de ser el señor y dueño de la vidas de las personas; es decir, queriendo suplantar, con la maldad, al Creador.

Claro, mostrar esta realidad solivianta a toda esa patulea – muchos curas, no solo entre ellos sino en la primera fila – que abandera el indigenismo como una nueva cabeza de la hidra socialista con la intención de reproducir el esquema de la lucha de clases o lo que es lo mismo del odio en la sociedad, suplantando, en este caso, los capitalistas y los proletarios por los criollos y los indígenas. Para ellos es, por tanto, vital alimentar el mito de la felicidad y opulencia de aquellos imperios precolombinos. Reivindican sus costumbres y creencias como algo propio frente al cristianismo y a la cultura foránea. Ya saben que para algunos curas esto es algo bueno porque lo importante son los valores y todo ese nauseabundo rollo humanista. ¡Qué lejos de aquellos misioneros que con celo evangélico dieron su vida, en el sentido más literal, por llevar la salvación de la cruz de Cristo a esos hombres perdidos a los que amaban!

En efecto, cuando la verdad del misterio pascual de la muerte y resurrección de Cristo se levanta como un estandarte, su luz disipa todas esas sombras y los hombres encuentran una senda y los imperios inicuos caen abatidos. Porque todo ese tema del muticulturalismo y la inculturación en la evangelización es pura patraña. Es verdad que de todas las culturas se pueden extraer elementos positivos y como dice San Pablo no hay que despreciarlos pero el cristianismo lleva es sí una cultura y la conversión comporta, nos guste o no, el abandono taxativo de muchas costumbres por muy arraigadas y tradicionales que estas sean.

La Encarnación es un acontecimiento definitivo, impensable para el ser humano, ante el que no caben componendas pues es una envite dado por el mismo Dios que exige por tanto una respuesta. Si este misterio se cree no hace falta explicar mucho lo que he dicho. Por tanto bajo este tema ya no estamos hablando de valores evangélicos, ni de compromisos sociales, ni de mitos, ni de otras zarandajas sino de que el Único Dios se ha hecho hombre en un tiempo concreto, ha hablado, actuado y ha sido asesinado por nosotros y resucitado. Creer esto de verdad conlleva una respuesta vital y concreta.

Continuando, en la otra orilla de la historia, en los tiempos de plenitud, después de que Jesucristo haya llevado a cabo la primera parte de su obra que culminará en su segunda venida, transcurrido el periodo donde la humanidad, al menos la occidental, vivía bajo la cristiandad como consecuencia de siglos de intensa labor misional de la Iglesia, discurre la película Crash. De la América maya desconocedora del Evangelio a la América post-moderna y apostata. Mismo continente, misma situación. Bueno, matizo, la situación de ahora es peor porque no es fácilmente reversible, es la de un naufrago que tras ser rescatado decide voluntariamente lanzarse al mar porque le disgusta el barco que lo socorrió, ¿qué se podrá hacer para salvar su vida?, si la coyuntura actual no nos parece tan dramática como la de la América precolombina es tan solo porque no ha llegado al final de su recorrido.

La sociedad que aparece en Crash es la formada por individuos presos del miedo, donde cada uno es enemigo del prójimo, ahogados en el vacío existencial, hastiados de un sinsentido y un tedio vital. Eso sí protegidos por una serie de leyes políticamente correctas que no hacen sino acentuar las suspicacias y los recelos de unos contra otros. Presenciamos una muy progresista y multirracial sociedad, sueño de tantos sesudos intelectuales, donde no hay nada que les una, nada que les vertebre como comunidad, ni nada que les motive para hacer algo que llene. Tan solo existe la posibilidad de ganar dinero y de defenderse del vecino para sobrevivir. A esto se reduce la existencia a la supervivencia, como las ratas. La vida deja de ser un don precioso de Dios que Jesucristo ha rehecho para ser una condena donde hemos sido arrojados sin que nadie nos haya pedido permiso. La crueldad y el desamor es evidente y el deseo innato de amor hace que la frustración sea palmaria. También en esta, como ocurría en la otra película, los hombres caminan en la sombras ahogados por un imperio, aunque sea de leyes superdemocráticas, que los sojuzga en aras de la nada.

Viendo Crash siento que estos son solo los aullidos de un enfermo inicial cuya agonía puede ser proféticamente reflejada en Apocalypto. A eso vamos, a la vida salvaje, embarcados con esta sociedad apostata más que neo-pagana. Si tenemos en cuenta las reprimendas agoreras de los ecologistas hasta en la indumentaria se va a cumplir mi profecía.

Pero,…, como la historia la lleva Dios siempre hay otra posibilidad, desconocida, una puerta a la esperanza.

Prometo contribuir de nuevo con mayor asiduidad y con entradas un poco más cortas. Espero que mis queridos lectores me disculpen estos dos pecados cometidos.

6 comentarios:

Embajador dijo...

Me gustó mucho "Crash", no tanto "Apocalypto". La interpretación que yo hice de "Crash" es que de alguna forma mostraba que no existe ninguna especie de "pecado social" de racismo, sino que el racismo (como el resto de pecados) lo lleva cada uno dentro, sin importar que sea blanco, negro o de colorines (bueno, con la excepción del hispano, que por alguna razón que todavía no entiendo era el único no racista de toda la película). Y además creo yo que la película mostraba que no existe el bueno absoluto, ni el malo absoluto (nueva excepción del hispano que era todo bondad) uno puede ser un racista y a la vez cuidar amorosamente de un padre enfermo (como el policía). En fin, una película de la verdadera peripecia humana.

ECM dijo...

Me parece que como buen teólogo, no tienes idea de nada de lo que hablas, fuera de los textos religiosos.

Apocalypto es una obra de ficción sumamente errada históricamente. GIbson mismo, al defender la película del embate de los intelectuales mexicanos, dijo que su único propósito era crear una historia de aventuras situada en la selva.

De entrada, el gran imperio Maya existió varios cientos de años antes de la llegada de los españoles, y definitvamente no eran una raza de bárbaros canibales y violentos como los muestra Gibson. En realidad tenían importantísimos avaneces científicos, comerciales, morales y matemáticos.

Asumes que la llegada de los españoles fue un avance para nuestras culturas precolombinas, ¿sólo por que trajeron a Cristo redentor con ellos? Permíteme recordarte que con la llegada de Cristo a América vino uno de los exterminios más grandes de la historia. Millones de indígenas fueron asesinados, pueblos completos exterminados, culturas enteras arrasadas, maravillas arquitectónicas destruidas para construir catedrales sobre ellas. No sólo eso, en América el trabajo de la Santa Inquisición se extendió hasta bien entrado el siglo XIX. Tú dime si eso fue por el bien de los pueblos indígenas.

En el México moderno seguimos tratando de aliviar esos males, intentando recobrar nuestras tradiciones indígenas, revalorándolas y dándoles su importancia en la sociedad.

Es verdad que en tu blog puedes decir lo que tú quieras, pero decir esta clase de estupideces sobre una cultura que no conoces basado en una pésima película es un insulto para mí, como mexicano.

Embajador dijo...

Ya estamos..... El indigenista apellidado Fernandez y de abuelo asturiano. Mira e. si hay algo que me consta fehacientemente es que mis antepasados no mataron a un solo indio. De mi generación para arriba todos hemos nacido a este lado del Atlántico y en este lado hemos permanecido. Si eres mexicano es altamente probable que precisamente tú no puedas decir lo mismo, y que a quien debas pedir cuentas de genocidios y masacres sea a tus abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, y no a los mios.

Por lo demás, esta nuestra "civilización" también tiene "importantísimos avaneces científicos, comerciales, morales y matemáticos." y sin embargo es una "civilización" asesina de los más inocentes, los niños en el vientre de sus madres. Y precisamente la época de la historia mundial más sangrienta en cuanto a muertes producidas en conflictos bélicos, fíjate tú, ocurre precisamente después de la Ilustración. Nunca antes habían muerto violentamente tantas personas. Con lo cual el hecho de ser muy "avanzado" en según que cosas no es prueba de absolutamente nada. Y si, los mayas era una civilización en decadencia que se complacía en ofrecer sacrificios humanos. Siento despertarte del sueño.

El Último dijo...

No suelo contestar a los comentarios porque es la línea que me marqué en mi bitácora. Tan solo contesto, con el espacio y tiempo preciso, en nuevas entradas aquellas cosas que me parecen oportunas. Esta es la forma que tengo de ver este blog, hay otras pero esta es la mía.

En este caso, como se dice claramente que en mi entrada existe un garrafal error histórico quiero decir que por supuesto sabemos que la civilización Maya desapereció casi cinco siglos - creo - antes de la llegada de los españoles. Aunque un sinfín de pequeños pueblos, muchos de ellos descendinetes de ellos permanecían. Pero no voy a entrar ahora. Sin embargo, en mi entrada tan solo pretendía hacer un comentario del fondo histórico y de la ideología que se encierra en él, por eso escribía textualmente en mi entrada "En Apocalypto, con una autenticidad histórica que va mucho más allá que los simples detalles,..." (trato de no dar puntada sin hilo) porque la autenticidad del filme está en su mensaje que no es otro que: la maldad y la pobreza de las culturas precolombians (aunque tengan cosas positivas) frente a la bondad y riqueza, lo siento, de la cultura cristiana y española.

Si hubiera cometido un error, cosa que me pasa muy a menudo, lo corregiría si ningún rubor.

Coincido 100% con el embajador. Ya he hablado con muchos mexicanos - has visto que no lo pongo con "j"; de nada - apellidados García a lo que le he tenido que decir lo mismo: que son los hijos de los supuestos culpables, que mis ascendientes se quedaron sacando adelante la depauperada Castilla, extenuada por defender la catolicidad.


Me consta, porque conozco muy bien tu país y trabajo con muchos de tus compatriotas lo que duelen estos temas; pero, chico, la verdad a veces escuece y bajo el indigenismo se ocultan una mitología y un victimismo alarmante.

Por cierto no se a qué rigor teológico te refieres pues tu crítica es meramente histórica. Pero a mí no me parece que sea un fallo, sino un lapsus freudiano tuyo, ya que en América, a la que quiero y visito con asiduidad, lamentablemente se confunde Teología con cualquier cosa.

Con esto no quiero atacarte sino tratar de mostrar la verdad, aunque de una forma ácida, pero esa es la línea de El Último.

Gracias por leerme en cualquier caso.

ECM dijo...

Por supuesto que no asumo que SUS abuelos fueron los que mataron a los millones de indígenas. Pero si de generalizar se trata, no queda más que decir sobre "la maldad y la pobreza de las culturas precolombinas frente a la bondad y riqueza de la cultura cristiana y española.".

Esto es, claro, desde tu punto de vista español y cristiano. Síntoma obvio de alguien que habla sólo desde su fe y nada más. ¿Qué hace a tu cultura española y cristiana mejor a la cultura china, la egipcia, la holandesa, la inglesa, la francesa, la mexicana o cualquier otra?

Anónimo dijo...

creo que apocalypto es una película de clase "z" y no sólo por el hecho de que hay demasiada sangre innecesario y escenas demasiado forzadas, sino porque no tiene un argumento claro.....Si bien la intención de Mel es de demostrar que antes de que llegue el cristianismo en América esta estaba llena de salvajes que actuaban como locos enajenados matando a diestra y siniestra sin una razón alguna y de pronto llegá la salvación con los españoles, algo que es totalmente falso, lo que ocurria era que simplemente tenian otras creencias religiosas, otra forma de vida; digamos que tenia una buena intención; pero en la película lo único que se ve es sangre, muertos, mucha crueldad gratuita, sin razón alguna y superheroes al estilo juegos de nintendo, demasiado forzado y exagerado (como es que una persona despues de estar herida con una lanza puede correr como lo hace en la pelicula....¿? y otras tantas cosas que pasan al estilo ciencia ficción, estilo comercial películas para no pensar, creo que lo único que le faltaba para ser de esas películas maliiiiiissiiiiimas era sexo.....ti tuviera que calificar del 1 al 10 le pondria -10 y creo que es peor película que en las que actua Tom cruise, pero que mision imposible...........de tipo clase "z".

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