viernes, 4 de enero de 2008

Que los cristianos actúen como ellos estimen pero que dejen a los demás comportarse de acuerdo a lo que consideran correcto

El axioma del título, ¿les parece adecuado?. No me nieguen que no es políticamente correcto. Seguramente así piensen muchos católicos de pro e incluso alguno de mis lectores hasta que, espero, hayan terminado de leer este artículo.

Cuando ojeé el comentario que dejó Maldoror sobre mi anterior entrada se me encendió la luz y pensé acerca de la utilidad de escribir algo que ayudara a clarificar las muchas dudas de tanta gente de buena fe que por falta de instrucción o por la titánica influencia que la cultura de la muerte ejerce sobre las personas echan de menos los argumentos que corroboren lo que su conciencia, intuición, educación y buen sentido les asegura. Además, me dije a mí mismo, visto el perfil de este señor, que tal vez estuviera ante una de esas rara avis, tan escasa entre los católicos y casi inexistente fuera de ellos, que busca auténticamente algo de verdad, que sufre de esa docta ignorancia socrática que provoca la sed de conocimiento ajena de prejuicios y miedos a poner en entredicho todo lo ya conocido, y que está haciendo una pregunta anhelando una respuesta. Pero mi desilusión vino cuando contestó a nuestro amigo Embajador en el Infierno que trató de explicarle con simplicidad y muchísima profundidad – ambas suelen ir acompañadas – alguna de sus aparentes inquietudes. Su respuesta no fue el silencio reflexivo o la petición de mayores aclaraciones para comprender mejor lo que transmitimos, si no para ser amaestrado al menos para entendernos y poder conocer por mera voracidad de sabiduría algo nuevo. Pero no, ¡qué desilusión!. Otro dogmático, lleno de prejuicios. Otro que pregunta y pregunta pero como mera retórica sin esperar aprendizaje ni siquiera dialogo. Qué fiasco al descubrir que a la respuesta del Embajador en el Infierno le contesta con otra pregunta pero de índole diversa. Y para más inri el tópico sofista de con “qué autoridad”. Qué pena, una persona que parecía letrada. Efectivamente, es perder el tiempo dialogando así. Cada vez que a Jesucristo le hacen una pregunta del tipo con qué autoridad, quién te crees, etc. Siempre contestó de la misma forma. No hay otra.

A pesar de todo, podemos salvar las primeras preguntas de Maldoror por su utilidad para construir este artículo ya que son las mismas que esas personas de buena voluntad, que hemos mencionado, se están haciendo en medio de sus vacilaciones.

Comencemos. Interpelaba nuestro frustrado académico lo siguiente: “¿Cuando hablan de que medidas como el divorcio express o el matrimonio homosexual "atentan contra la familia cristiana", a que se refieren? Exactamente como que dos homosexuales puedan casarse o que la gente en general tenga el derecho a divorciarse afecta su "familia cristiana"? ¿Los estan obligando a divorciarse? ¿Los estan obligarse a volverse homosexuales o están dando el derecho a casarse solo a los homosexuales?”

Hablemos del matrimonio homosexual. Con respecto a la primera cuestión, aparentemente correcta, la cual afirma que extender el concepto de matrimonio a otras realidades no va en detrimento del que tenemos los cristianos u otros que piensan como nosotros, ya que esto no es ni mucho menos una cuestión religiosa, puesto que podremos seguir haciéndolo sin que en nada nos afecte dicha ampliación, digo que es absolutamente errónea. El mayor ataque que puede recibir cualquier ser es ir contra su sustancia. Pongo un ejemplo que ya he usado otras veces: ¿saben la mejor forma de cargarse todo el apoyo social a los minusválidos? – espero no ofender a nadie con la palabra pero es que no conozco el último eufemismo políticamente correcto para referirme a esa realidad, aclaro que es así como nombramos esta situación entre los que la sufren y me son próximos y queridos; pero, claro, ellos son inteligentes y no progres…-, repito, ¿saben cómo?. Se lo digo yo, lo más eficaz y sin que nadie pueda protestar es ampliar el concepto de minusvalía a cualquier problemilla. Así el que tiene la ceja torcida percibirá la misma ayuda que el tetrapléjico. ¿Absurdo?, ¿no?. Cambia la definición de lo que se pretende proteger y lo dejarás absolutamente desprotegido. Esto es aplicable a cualquier cosa: al arte, a los productos distintivos de un país, a los cargos de una empresa. Amplia la definición de directivo, por ejemplo, y has dejado de serlo. Como a alguien se le ocurra calificar la limonada como vino de solera me río yo de los consejos reguladores de la calidad. Haz más flexible el concepto de arte y la partida presupuestaria que percibiría una gran pinacoteca para sus proyectos se lo llevarán los graffiteros. Y, me pregunto, afecta o no a los que van en silla de ruedas, directores, bodegueros y expertos en pintura barroca. ¿Protestarán? o algún mentecato les dirá: si nadie os impide que sigáis haciendo lo que hacéis, ¿de qué os quejáis?. Fíjense qué no será la gravedad de hacer este cambio de definición con la institución más importante de la sociedad, puesto que es la célula de ella, y que, en consecuencia, debe protegerse y promocionarse y todo lo que se haga por ella es poco. No solo económicamente sino moralmente, con reconocimiento social, con facilidades, con apoyo psicológico, con oportunidades singulares, etc. Si resulta que una familia con sus abuelos y sus muchos hijos valen lo mismo legalmente que dos amiguitos que viven juntos, ya me dirán.

Sobre la segunda cuestión de que nadie nos obliga a ser homosexual, sin entrar en la calificación de esta tendencia que ya he tratado ampliamente en esta bitácora y que continuaremos dada la beligerancia de los activistas gay, diré que tampoco esto es cierto del todo. Es verdad que de lo que voy hablar ahora es un asunto muy sutil pero se da. Me refiero al efecto pedagógico y moralizante que toda nueva ley trae consigo. La gente normal tiende a pensar subliminalmente que si algo es legal es bueno. En consecuencia, los frutos, especialmente en los adolescentes en los cuales la personalidad, incluido el equilibrio sexual, está por desarrollar, este mensaje es letal. Por tanto, una ley de este tipo acarrea un efecto proselitista. Concluyendo, si no nos obliga a ser homosexuales, al menos, induce y posibilita.

Aclaro, existe la posibilidad de dejar de ser homosexual, no viene a cuento, pero como no se oye mucho y yo soy testigo de varios casos muy cercanos lo repito por si ayuda a alguien.

Con el divorcio express es más fácil argumentar. Ya el divorcio en sí es un ataque a la esencia de la familia ya que esta por su raíz no tiene fecha de caducidad. Si existe la posibilidad del divorcio de los padres la familia se debilita en sus cimientos. Esto es tan obvio que los prejuicios no nos lo dejan ver. Es como los huevos fritos con patatas que solo nos damos cuenta que existían cuando estamos seis meses en el exilio y es de la única comida que nos acordamos. Pongo un ejemplo: Que les parecería que la legislación de un país permitiera que los socios de una empresa tuvieran la arbitrariedad de disolver la sociedad sin atender con ninguno de los compromisos con sus empleados, proveedores y clientes; bueno, ninguno, no, pactando unas indemnizaciones. Esta claro que nadie viviría seguro en un lugar así. Al contrario lo que se desea son compañías fuertes y duraderas que den seguridad a sus empleados, clientes, accionistas y sociedad. Es más lo que esperamos de la legislación es que premie la durabilidad y penalice la temporalidad. Y no digamos si hablamos de entidades de inversión, donde confiamos nuestros ahorros -¡quien los tenga!- . Esto que está claro con el tema empresarial, vamos con el dinerito, lo ponemos en tela de juicio con algo muchísimo más valioso como es la familia. Bueno pues el divorcio express es acentuar esto hasta lo ridículo. En el caso de la empresa, que en 24 horas le dices a todo el mundo que a su casa, ¡que esto se ha acabado chicos!. Cuando se abarata el coste de terminación de un compromiso lo que se hace es minusvalorar el propio compromiso. Tal es así que llega un momento en que la diferencia entre estar casado o no desaparece, ergo, dinamitamos el concepto de matrimonio y por ende el de familia. Le damos un marco de inestabilidad propicio para la irresponsabilidad y para la irreflexión tan enemigo del amor verdadero, que es la esencia de la familia.

La familia es el lugar donde se nos quiere por lo que somos y no por lo que valemos y esto, especialmente en los jóvenes, es lo que nos ayuda a crecer como personas. Si esto puede acabar, es una mentira, un fraude. El amor no existe. Esa es la razón de tanta depresión y suicidio. Pero este amor del que hablamos no es un enamoramiento compulsivo sino el amor duradero. Aclararé para la ignorancia generalizada que el enamoramiento y la pasión inicial se acaban, hasta aquí algunos llegan por eso concluyen que la solución es el cambio de ahí el divorcio, lo que no sabe la gente es que vuelven, pero en el marco de un matrimonio donde la constante es el amor, con subidas y bajadas, con perdón y con cien mil sinsabores vividos juntos.

Para finalizar voy al axioma inicial. Lo que en el fondo nos pasa, influenciados por la presión ambiental, es que pensamos que cada cual haga lo que crea y no nos metamos en la vida de los demás. Esto es lo más egoísta que he oído en mi vida y se dice mucho. Que es lo que pone el comentario: si yo no me voy a divorciar qué me va a mí que lo hagan los demás, que tengan la posibilidad, perfecto. Olvidando que la ley no es potestativa sino que es de debido cumplimiento. Verbigracia: Admitiríamos que la ley de protección de maltratos a una mujer – estos ejemplos deben tener como víctima a una fémina de lo contrario pudieran interpretarse justo en sentido contrario a lo que el autor pretende – exonerara al varón que inflingiera una paliza a su mujer si a esta, por masoquismo o lo que quieran, le gustara. De ningún modo, pues ese hombre transgredió la ley. A que no valdría decir si ellos son así felices dejémoslos y cuando mate a la mujer miramos para otro lado y decimos compungidamente: una desgracia. Una ley nos afecta a todos. El mal de una persona es un mal que daña a la sociedad. Por la misma razón, no podemos decir que no importa que la legislación corrompa la esencia de la familia ya que la mía va a seguir muy bien, ¡allá lo demás!. Y, ¿nuestros hijos, qué?; y, los demás, ¿qué?, ¿nos importan, acaso, un pepino?.

Para acabar diré que el origen de estos males contra la familia, aunque se remontan a Lutero y al Iluminismo francés – ya hablaremos algún día -, tienen un enemigo muy próximo y cercano que fue la llamada liberación sexual. Vamos que todo este problema pasa por pensar con la bragueta. Y no es coña.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por su blog.

Visite mi blog:

http://blogs.periodistadigital.com/labanderadeadiosayer.php

Un cordial saludo

Maldoror dijo...

Bueno, ante tan extensa respuesta, voy a responder punto por punto:

¿saben la mejor forma de cargarse todo el apoyo social a los minusválidos? – espero no ofender a nadie con la palabra pero es que no conozco el último eufemismo políticamente correcto para referirme a esa realidad, aclaro que es así como nombramos esta situación entre los que la sufren y me son próximos y queridos; pero, claro, ellos son inteligentes y no progres…-, repito, ¿saben cómo?. Se lo digo yo, lo más eficaz y sin que nadie pueda protestar es ampliar el concepto de minusvalía a cualquier problemilla. Así el que tiene la ceja torcida percibirá la misma ayuda que el tetrapléjico. ¿Absurdo?, ¿no?. Cambia la definición de lo que se pretende proteger y lo dejarás absolutamente desprotegido. Esto es aplicable a cualquier cosa: al arte, a los productos distintivos de un país, a los cargos de una empresa. Amplia la definición de directivo, por ejemplo, y has dejado de serlo. Como a alguien se le ocurra calificar la limonada como vino de solera me río yo de los consejos reguladores de la calidad. Haz más flexible el concepto de arte y la partida presupuestaria que percibiría una gran pinacoteca para sus proyectos se lo llevarán los graffiteros. Y, me pregunto, afecta o no a los que van en silla de ruedas, directores, bodegueros y expertos en pintura barroca. ¿Protestarán? o algún mentecato les dirá: si nadie os impide que sigáis haciendo lo que hacéis, ¿de qué os quejáis?. Fíjense qué no será la gravedad de hacer este cambio de definición con la institución más importante de la sociedad, puesto que es la célula de ella, y que, en consecuencia, debe protegerse y promocionarse y todo lo que se haga por ella es poco.

Bueno, supongo que quizás el error en su argumento radica en la idea de que la institución de la familia “debe ser protegida”, como si fuera comparable a la idea de “minusvalidez”. No veo porque dos o un grupo de personas que deciden vivir juntas y formar una familia tengan que ser “protegidas “ (¿de qué? ¿Por qué?). Desde luego sé que muchos gobiernos en efecto practican esas formas de protección, en forma de recortes en los impuestos, subvenciones a las parejas que tengan hijos etc, pero no veo como eso sea justificable. Peor aún, y este es mi segundo punto al respecto, cuando se práctica en forma discriminatoria: ¿Por qué “proteger” un tipo exclusivo de familia –nuclear, monógama, heterosexual, con hijos- por encima de otro tipo de familias? Ud asume por defecto que el único tipo válido de familia por definición es esa, que existe un concepto metafísico único al que le podemos asignar la designación de familia (por eso mismo habla de substancia).

Sobre la segunda cuestión de que nadie nos obliga a ser homosexual, sin entrar en la calificación de esta tendencia que ya he tratado ampliamente en esta bitácora y que continuaremos dada la beligerancia de los activistas gay, diré que tampoco esto es cierto del todo. Es verdad que de lo que voy hablar ahora es un asunto muy sutil pero se da. Me refiero al efecto pedagógico y moralizante que toda nueva ley trae consigo. La gente normal tiende a pensar subliminalmente que si algo es legal es bueno. En consecuencia, los frutos, especialmente en los adolescentes en los cuales la personalidad, incluido el equilibrio sexual, está por desarrollar, este mensaje es letal. Por tanto, una ley de este tipo acarrea un efecto proselitista. Concluyendo, si no nos obliga a ser homosexuales, al menos, induce y posibilita.

Estoy de acuerdo en una distinción que ud hace, y es que si algo es legal no quiere decir que sea bueno. Pero no todo lo que es malo puede ser convertido en ilegal (mentirle a un amigo es malo, pero creo que nadie diría que debería ser un crimen). Sin embargo el núcleo del problema es el siguiente: ¿Bajo que criterio no arbitrario puede ud decir que el homosexualismo es algo malo? Incluso si la sóla existencia de parejas homosexuales lograran influir decisivamente en la sexualidad de los adolescentes del resto de la sociedad – un tesis sociológica más que dudosa- ¿Qué tiene de malo eso?

Con el divorcio express es más fácil argumentar. Ya el divorcio en sí es un ataque a la esencia de la familia ya que esta por su raíz no tiene fecha de caducidad.

¿No tiene fecha de caducidad? ¿Eso de donde sale?

Si existe la posibilidad del divorcio de los padres la familia se debilita en sus cimientos. Esto es tan obvio que los prejuicios no nos lo dejan ver.

No le veo lo “obvio”. La posibilidad de separarse o divorciarse de una pareja siempre está latente. El problema no es que exista dicha posibilidad. El problema es si la relación es lo suficientemente sólida en si misma para que la pareja quiera mantenerse junta. Restringir la libertad de la gente para que disuelva una unión en la que no quieren estar, una libertad fundamental, no va a solucionar el problema de los matrimonios o familias disfuncionales. Sólo va a hacer la vida de esas personas miserables, sólo para satsfacer la neurosis y el afán de orden de la Iglesia y sus huestes. No tiene mucho sentido.

Que les parecería que la legislación de un país permitiera que los socios de una empresa tuvieran la arbitrariedad de disolver la sociedad sin atender con ninguno de los compromisos con sus empleados, proveedores y clientes; bueno, ninguno, no, pactando unas indemnizaciones. Esta claro que nadie viviría seguro en un lugar así. Al contrario lo que se desea son compañías fuertes y duraderas que den seguridad a sus empleados, clientes, accionistas y sociedad. Es más lo que esperamos de la legislación es que premie la durabilidad y penalice la temporalidad.

Argumentativamente me parece un poco suicida comparar una familia con una empresa. Y después se quejan de Marx y Engels…Pero hay algo cierto en el uso de la analogía: la unión de dos personas en un matrimonio es un contrato acordado entre las dos partes. No le corresponde al gobierno – o a la Iglesia- dictaminar los términos del contrato. Eso le corresponde a las dos partes. Y es en virtud de los términos de ese contrato que la posibilidad y la forma de abandonar esa unión se debe determinar. Por lo demás, siguiendo su comparación, lo que los sectores integristas del catolicismo proponen, traducido a términos empresariales, que ni los socios ni los trabajadores tengan derecho a abandonar la empresa nunca en sus vidas. Creo que eso sería un escenario mucho más trágico que el que ud describe ¿No le parece?


Para finalizar voy al axioma inicial. Lo que en el fondo nos pasa, influenciados por la presión ambiental, es que pensamos que cada cual haga lo que crea y no nos metamos en la vida de los demás.

Puede que alguna gente piense así. Yo pienso que lo que pase en comunidad nos afecta a todos, pero el problema es que los mecanismos para corregir los problemas sociales no pueden basarse en metodos coercitivos de las libertades fundamentales de los otros. Es como el alcoholismo ¡Claro que es un problema social! Pero eso no me da derecho a prohibirle a ud o cualquier otra persona que se tome unas copas o incluso que se emborrache cuando le venga en gana.

Que es lo que pone el comentario: si yo no me voy a divorciar qué me va a mí que lo hagan los demás, que tengan la posibilidad, perfecto. Olvidando que la ley no es potestativa sino que es de debido cumplimiento. Verbigracia: Admitiríamos que la ley de protección de maltratos a una mujer – estos ejemplos deben tener como víctima a una fémina de lo contrario pudieran interpretarse justo en sentido contrario a lo que el autor pretende – exonerara al varón que inflingiera una paliza a su mujer si a esta, por masoquismo o lo que quieran, le gustara. De ningún modo, pues ese hombre transgredió la ley. A que no valdría decir si ellos son así felices dejémoslos y cuando mate a la mujer miramos para otro lado y decimos compungidamente: una desgracia. Una ley nos afecta a todos. El mal de una persona es un mal que daña a la sociedad. Por la misma razón, no podemos decir que no importa que la legislación corrompa la esencia de la familia ya que la mía va a seguir muy bien, ¡allá lo demás!. Y, ¿nuestros hijos, qué?; y, los demás, ¿qué?, ¿nos importan, acaso, un pepino?.

No me parece que sean comparativos el divorcio y el maltrato a la mujer. Un divorcio es una separación voluntaria de una o de las dos partes por consenso. Ninguna de las partes está transgrediendo un derecho de la otra al separarse. Golpear a una mujer en cambio atenta contra su integridad fisica, por lo que se justifica la intervención de un poder policial para detener dicha agresión, incluso si es a través de la fuerza (y para castigar al agresor). Tampoco me parece que sirva el argumento de los hijos. No sólo porque no justifica la intervención para coartar la libertad de los padres de separarse, sino porque dos hijos creciendo en un ambiente de padres que ya no se quieren puede ser más traumático incluso que la separación.

Para acabar diré que el origen de estos males contra la familia, aunque se remontan a Lutero y al Iluminismo francés – ya hablaremos algún día -, tienen un enemigo muy próximo y cercano que fue la llamada liberación sexual. Vamos que todo este problema pasa por pensar con la bragueta. Y no es coña.

La verdad no conozco la posición de lucero respecto a la familia, pero siendo un cristiano ortodoxo no creo que sea muy diferente a la suya, fundamentalmente. En cuanto a la liberación sexual ¿Por qué les trauma tanto a los cristianos conservadores la idea de que las mujeres sean tratadas como seres humanos, que son, en igualdad de condiciones que los varones? ¿Por qué es tan terrible esa idea?

ECM dijo...

porque a los católicos retrógadas como el autor de este blog les da miedo un pene o un coño como si fueran el diablo, no importan si vienen sueltos, juntos o como complemento. Es inútil discutir con ellos pero es necesario.

Ideas como las suyas son precisamente las que crean tanto dolor humano, y se vanaglorian de tener compasión... hipócritas y mentirosos les llamo yo.

ECM dijo...

pero qué idiotas argumentos:

- el graffitti SÍ es arte, quiérelo o no. Ocupa los mismos elementos que la pintura: el color, la forma, la composición. Se hace con instrumentos indicados para la técnica. Tiene distintos grados de dificultad. Tiene muchas variantes, desde lo más figurativo hasta lo abstracto. Tiene una técnica y hay verdaderos virtuosos con una lata. ¿De donde puedes decir que no es un arte?

- Tu metáfora del matrimonio y una empresa es muy atinado! La disolución de empresas ocurre todo el tiempo, y los inversionistas o socios siempre pierden un poco, o si no, la empresa no tendría que cerrar, no? Pero las empresas se disuelven justamente para prevenir problemas mayores: para no entrar en adeudos incosteables, para no defraudar a los clientes, para no ir a la carcel, etc. Lo mismo pasa con el divorcio: no es algo que la gente haga de hobby, siempre es una decision dificil pero necesaria. Me importa un carajo lo que diga la biblia sobre la disolución de un matrimonio: ocurre, ha ocurrido en toda la historia, y lo que las leyes hacen es, simplemente, evitar que la separación sea injusta para una de las partes, proteger un poco a los niños y hacer pagar al culpable si acaso lo hay. Por lo tanto, las leyes de divorcio no atentan contra la familia: al contrario, simplemente intentan hacer la vida de las personas un poco mñas llevaderas, algo que ustedes cristianos conservadores no ven con muy buenos ojos nunca.

- el término 'minusválido' no se usa justamente por el problema que tú mismo planteas: ¿vale menos alguien por sus diferencias físicas? Obviamente tu respuesta es que sí, que hay humanos que valen más que otros. Lo veo en todos tus posts: valen menos todos lo que piensan diferente a ti. valen menos las mujeres, los musulmanes, los ateos, etc. Entonces no solo son las diferencias fisicas, sino las diferencias ideeologicas. Por eso MINUSVALIDO es un término peyorativo. En tu intolerancia podrías creer que todos tenemos el mismo valor? Desde un perro, hasta el Papa, todos tenemos un calor intrínseco, que no tiene nada que ver con nuestro físico o nuestras ideas. Valemos porque estamos vivos y queremos vivir nuestras vidas felices. Por lo tanto no podemos decir que alguien vale menos que otro. Pero las capacidades SI son distintas ¿Tiene distintas capacidades alguien en una silla de ruedas que alguien con una ceja chueca? Pues sí, obviamente, y por eso es un término más util para analizar sus derechos, el cómo debemos protegerlos o encauzarlos a ser miembros activos, productivos de la sociedad.

- Hablas de las posibilidades que se le abren o se le cierran a los jóvenes, según las ideologías a su alrededor. Los jovenes pueden probar ser homosexuales, si se les permite, oh desgracia!! Pero hay algo peor: ser algo sin haberlo decidido. Eso, justamente, te paso a ti.

Creciste en una familia católica, y por eso eres católico. De niño estuviste expuesto a esa ideología y no pudiste salir de ella. Tanto fue así que hoy tienes un espacio en la red donde lo único que haces es defender tu ideología y menospreciar a todos los que piensan distinto y tienen vidas diferentes a la tuya. Pero piensa esto: si hubieras nacido en Pakistán, muy probablemente no serías católico. Si hubieras nacido en Perú en el siglo X, tampoco lo hubieras sido. Si hubieras nacido del lado equivocado de Israel, tampoco lo hubieras sido. Entonces, tu catolicismo es en realidad algo que te fue impuesto, algo que te afecto tanto de niño, que eres incapaz de ser compasivo con el otro 60% del mundo que no ve las cosas como tu y no cree en el mismo amigo imaginario que tú. Eso me parece a mi como una terrible incapacidad psicológica. Y es aún más grave que el homosexualismo, o el divorcio y te digo porque: tu incapacidad de salir de tu ideologia es incapacitante porque crees que algo es absoluto. que dios (TÚ dios) es justo como tu lo concibes y no puede ser de otra forma, y por lo tanto, el universo es de una sola forma, como tu la imaginas. Lo mas probable es que no sea así. En cambio, creer que la homosexualidad es algo personal e íntimo, o que el divorcio es un mal necesario, no implican tener que creer que el universo es de una u otra manera. No imposibilita a los demás a vivir su vida como quieran. No son cosmogonías y no intentan explicar nada, solo son formas de vida y para algunas personas son formas perfectamente válidad, de vivir su sexualidad, o de continuar con sus vidas cuando una union no funciona. Eso, a mi, me tiene sin cuidado. A diferencia de tu ideología, la cual me preocupa bastante. ¿por qué? si alguien quiere ser catolico, pues que lo sea y nos deje a vivir a los demás. Pero no pasa asi: alguien que cree fervientemente en una religion como la tuya, DEBE forzar a todo mundo a vivir como él, pues si dios es como yo lo creo, mi salvacion no solo depende de como viva yo, sino de como sea intolerante de todo lo diferente.

Ser intolerante, agresivo y retrograda son 3 obligados de ser creyente. ESO no lo podemos permitir en el mundo. Por lo menos yo no me lo tomo a la ligera. Así que ti vas a criticar a cualquier persona, por sus ideales, entonces más vale que tengas las pruebas y los hechos que demuestren el porqué.

Ya conozco tu respuesta: porque yo creo que así son las cosas.

Y te respondo: no es suficiente creer.

Demuestra, con numeros y estudios, que la gente vive mas feliz sin homosexualismo y sin divorcios. Predigo tu fracaso, porque en toda la historia de la humanidad ha habido divorcios, homosexualismo, familias distintas a las cristianas, así como el concepto de arte ha cambiado de una decada a otra.

Y entonces habrás de admitir que lo que tu crees no es necesariamente lo que todos creemos, y mucho menos es verdad absoluta del universo. Y cuando tengas un poco de humildad para admitir eso, haz el favor de reservarte tus opiniones para ti mismo sin criticar fenomenos que no conoces y temes.

Ah, y de paso hazme un favor: si tienes un niño cerca, no le hables de dios y tus creencias, no vayas a incapacitarlo mentalmente para conocer acerca del universo y sus multiples opciones de vida. Eso sí seria una tragedia.

Conrad López dijo...

¡oh, oh, oh!

A lo que se ve hay mucho escozor. Pues nada, talco a mansalva y unos buenos pañales, muchachitos.

Buen artículo, ElUltimo.

Fon dijo...

Jeje, buen modo de argumentar. Ojalá Dios les de fe porque parece que la razón razonable no les basta.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Bueno, ya se sabe, conversar y presentar lo bueno exige pensar y argumentar, y lo correcto ha dimitido del esfuerzo de pensar y ha sustituído la capacidad del hombre por descubrir lo mejor por el relativismo. Nos han dejado el honor de defender la vida, la dignidad, la verdad, la fe... y la razón.
Suerte tenemos.

TSI dijo...

Buen artículo.

Es que existen quienes asumen el error como bandera y lo defienden de manera escandalosa.

Saludos desde Perú.

Dimas dijo...

¿Que es peor que el error, preguntaba San León Magno a Santo Tomás de Aquino? y la respuesta del Aquinate fue "Las verdades que el error contiene". Siempre que se quiere atacar a la esencia de la verdad, se utilizan argumentos que en principio parecen razonables pero que al final son obscurecidos por el error.
Buena entrada

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