miércoles, 19 de septiembre de 2007

Demandar a Dios

Creo que ya todo el mundo sabe, singularmente en la blogosfera católica, de la demanda judicial presentada por el senador estatal de Nebraska, Ernie Chambers.

Seguro que están pensando que voy a fustigar a este señor por su esperpento. Pero no. Fíjense, independientemente de la irreverencia y lo descabellado de la ocurrencia, pues es evidente que Dios es el bien absoluto y ningún argumento humano puede ensombrecer esta realidad y que además, por descontado, el hombre no es digno de pedir cuentas a su Creador y si lo hace jamás podría hacerle cumplir su sentencia porque la diferencia entre el Él y nosotros es infinita y nadie puede hacerle el más mínimo agravio, bajo mi humilde criterio considero que detrás de este hecho hay algo interesante. Es como si se hubiera realizado una representación teatral de algo que, en el fondo, todos pensamos; dado que todos, en especial los que están en camino de santidad, experimentamos la tentación.

Quiero advertir previamente que no se de este señor otra cosa que lo que hemos leído y por tanto desconozco las intenciones últimas de su extravagancia pero conjeturaré para lo que trato de decir.

Al realizar esta demanda este prohombre está admitiendo implícitamente dos cosas: la primera que Dios existe y la segunda que Él es causa primera de todo lo que acontece incluso de las desgracias. Una buena pregunta de fe sería esta: ¿creemos nosotros esto?

Digo que todos nos hemos planteado en nuestro fuero interno esta demanda aunque no nos hayamos atrevido a hacerla explícita y ni mucho menos judicialmente, tal vez seamos más hipócritas. Porque quién no se ha preguntado ¿si Dios existe y es infinitamente bueno porque permite cosas tan horrorosas como aquel tsunami?

Bien, la respuesta no es sencilla y que nadie piense que una triste entrada de un blog pueda servir para responder a uno de los enigmas más grandes que la humanidad tiene, que es el origen del mal.

Lo que sí pretendo es hacer pensar y remover nuestras conciencias aletargadas ya que la pobreza de las creencias religiosas de muchos de los que hacen gala de ser católicos son causa de mofa de los impíos; lo cual no solo es malo porque nos deje en mal lugar sino porque, y esto es lo importante, la única, subrayo la única, misión de los cristianos es ser luz gracias a nuestro testimonio – las obras, vaya – provocando que los no creyentes cautivados por nuestra forma de vida deseen, en mayor o menor medida, acercarse a Jesucristo para que, de esta forma, Él los pueda salvar. En efecto, con un pírrico bagaje espiritual mal podremos realizar esta misión.

Por tanto no nos podemos permitir el lujo de eludir estas preguntas y tratar de revisar qué es lo que realmente respondemos y creemos porque muy probablemente estemos muy lejos de lo que la Santa Madre Iglesia nos enseña. Es imprescindible reflexionar sobre el mal, acerca de su esencia y de su origen, en todas sus modalidades: el pecado del hombre y su formas más crueles y retorcidas de perversión, el misterio de iniquidad (que es previo a la caída de Adán y Eva), la enfermedad y la muerte y, probablemente lo más desconcertante, el mal sin causa aparente como es el caso del sufrimiento de los niños, las catástrofes naturales o el dolor en sí.

Puede que demos respuestas del tipo de: Dios no se mete en eso, es propio de la naturaleza, es fruto de la maldad o la debilidad humana, la mala suerte o el azar o simplemente que no sabemos.

Creo que la mayor parte de las respuestas que he propuesto no son solo insuficientes sino que además son falsas. Fundamentalmente digo esto porque estoy persuadido que no escapan al control del Todopoderoso y su plan ningún acontecimiento por muy malo que a priori nos parezca. Y si pensamos un poco acerca de esto puede que muchas de nuestras convicciones más íntimas se tambaleen y, si nos armamos de valor, puede que entremos en un nuevo espacio caracterizado por el vértigo, la inmensidad sin límites y la sorpresa; en definitiva, en el Misterio; en la Fe. No piensen que hablo con suficiencia y frialdad, yo he experimentado muy cercanamente la mordedura del sufrimiento y la dimensión que este puede alcanzar desde la fe, pero esto no viene al caso ya que este es un blog fundamentalmente de pensamiento y opinión; no lo es de testimonios personales que tienen otro ámbito; tan solo hago esta apostilla para evitar los típicos prejuicios que surgen cuando se tratan los grandes temas; es decir, los importantes.

Lamentablemente no es suficiente con hablar de la bondad de Dios y ni mucho menos creer que el hombre es bueno por naturaleza (un neo-pelagianismo muy extendido) porque podríamos quedar fuera de la realidad - y Dios es muy real -, incluso, podríamos acabar, en el peor de los casos, como los curas progres, tocando la guitarra y diciendo la vida es bella y Dios te quiere de una manera fatua, mientras la gente sufriendo nos mirara con compasión. ¡Claro que Dios es amor!, es la única verdad, pero esta es tan cierta que abarca toda la realidad hasta la más negra y dolorosa.

Lo dejaré aquí. Espero que esto sirva como de incentivo para que los lectores que se sientan interpelados escudriñen el magisterio y sobre todo aumenten su piedad – fundamentalmente los sacramentos y la oración -.

Me permito sugerir algunas lecturas que pueden ayudar a buscar las respuestas: Del AT, El libro de Job (acompañado de algún libro de comentarios escrito por algún santo); del NT, Jn 9 (en especial del 1 al 4) y del magisterio, la carta apostólica Salvici Doloris de Juan Pablo II.

3 comentarios:

Aeronauta dijo...

Me ha gustado tu sitio y su contenido: católico, comprometido e inteligentemente al día. es un honor que consideraras bueno el mío, gracias.

Respecto a este post, no lo sabía, pero considero al demandante de una soberbia y estupidez rallana en lo absurdo, y a un poder judicial que le da el vamos a una demanda "jalada de los cabellos" ("tirada de las mechas",loca, decimos en Chile) no sé cómo calificarlo, con respeto para los orates...

Sólo una cosa es rescatable, y es que el senador es creyente, de un modo raro, pero cree en el poder de Dios.

Saludos.

Aeronauta dijo...

P.S: ¿Conoces el blog de Pato Acevedo? Es muy bueno.

El Último dijo...

Sí, lo conozco es buenísmo. Si te fijas he hecho referencia a él en la entrada "La definición de hombre es la de animal moral"

Gracias por tus ánimos. Seguré leyéndote.

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