miércoles, 4 de abril de 2007

Algún comentario adicional sobre la parroquia de San Carlos Borromeo

Como me ha gustado mucho el comentario que nictato ha hecho a mi entrada de ayer “Cierre de la parroquia de San Carlos Borromeo” y aunque ya tenía perfilada la de hoy, añadiré esta nueva entrada para hacer algunas aclaraciones que me parecen muy relevantes, sirviéndome de las interesantes preguntas que el comentario expone.

Primero: Lamentablemente la obediencia está totalmente desacreditada no solo en la Iglesia donde es una virtud espiritual necesaria sino en la sociedad en general. Tómese como ejemplo la noticia aparecida en España ayer sobre la condena a un padre por pegar a su hija con una zapatilla. Este asunto precisa de tratarse más despacio y me comprometo a hacerlo; pero, tan solo una observación: ¿en qué lugar queda la insustituible autoridad paterna en la educación de esta adolescente y qué consecuencias acarreará?, porque la verdadera víctima es la niña, no por el zapatillazo sino porque todo un sistema judicial le da la razón a su inconsciencia, provocada por la rebeldía adolescente, que le ha llevado a denunciar públicamente a su padre. Siguiendo con la Iglesia, cuando hablo de obediencia no me refiero a la sumisión militar – imprescindible en ese ámbito - sino a libre elección de quien quiere ajustar su voluntad a la de Dios y no hacer de sí mismo una construcción personal, trasladando el modelo de cualquier carrera profesional a la causa de la perfección espiritual.

Yo no he vivido este caso en primera persona, pero por mis experiencias anteriores, te puedo asegurar la exquisita delicadeza, en mi opinión excesiva, con la que los obispos tratan a sus sacerdotes, singularmente, a aquellos más díscolos. Este tratamiento se suele agradecer con la desafección de estos hacia sus pastores. Se me hace muy difícil, pues, pensar que esta decisión no haya estado precedida de muchas advertencias y conversaciones. Además, de lo que estoy bastante convencido es de la mala intención de los tres sacerdotes en cuestión, puesto que el obispado ha tratado el problema con la máxima discreción por un amor a ellos y los fieles y, sin embargo, el asunto ha acabado, es obvio a través de quiénes, en los periódicos. Este rumor de un confidencial es bastante significativo al respecto.

Además, sobre lo de “negociar”, jamás oí esa palabra en el Evangelio referida al trato del maestro y sus discípulos y nunca vi en él que Jesús educara así a sus apóstoles. Les enseñaba, les corregía, le inculcaba pero no conozco ni una sola ocasión que negociara ni con sus apóstoles ni con sus enemigos. Tampoco tengo constancia de que ningún apóstol se declarara en rebeldía contra su maestro; ¡ah!, sí, uno.

Segundo: Hay pecados públicos que como este – nada menos que consagrar rosquillas, que sepamos - provocan el escándalo (de los más pequeños) y confusión en el pueblo cristiano, especialmente cuando procede de pastores. Estos pecados requieren una reprobación también pública, para que quede muy claro cuál es la verdad en la cuestión particular. Esto hay que hacerlo por caridad al pueblo, que siempre es más importante que los pastores, por ser más débiles y porque aquellos están al servicio de estos y no al revés.

Tercero: Nadie ha dicho que esta sea una medida definitiva. Se trata, sin duda, de una amorosa, aunque dura, oportunidad de conversión, rectificando y manifestando su error y su arrepentimiento de forma también pública. Para comprobar el grado de retractación de estas tres personas es muy indicativo otro artículo del diario progresista que, ¡oh! sorpresa, sigue con el tema. ¿Estamos ante una súbita conversión religiosa de este medio? o ¿qué es lo que persigue con tanto interés?. Por favor, que los cristianos seamos sencillos como palomas no quiere decir que seamos panolis; mas bien – alguien dijo - sagaces o prudentes como serpientes. No hagamos el caldo gordo a los que quieren eliminar a Cristo de la sociedad.

Finalmente, quiero advertir que no presupongo lo que el comentario quería decir y, desde luego, me parece que este rezuma buena fe, pero lo he utilizado para realizar una serie de puntualizaciones que estimo oportunas.

2 comentarios:

tOpO dijo...

Ánimo con tu blog... y una Palabra de apoyo a tus comentarios:

«¡Ay de los pastores que dejan perderse y desparrarmarse las ovejas de mis pastos! -oráculo de Yahveh-. Pues así dice Yahveh, el Dios de Israel, tocante a los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado las ovejas mías, las empujasteis y no las atendisteis. Mirad que voy a pasaros revista por vuestras malas obras –oráculo de Yahveh–.» (Jeremías 23, 1-2)

Anónimo dijo...

El Vaticano castiga la Iglesia de los pobres, y premia a los curas banqueros de Córdoba, que han convertido la Iglesia en un Templo de mercaderes usureros, con su caja de ahorros Cajasur.
Están claramente contra Dios.

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