lunes, 26 de marzo de 2007

Desde Ecuador: “Un sí a la vida”

Me ha gustado lo que he comentado el Arzobispo de Lima (Perú), Cardenal Juan Luis Cipriano en el I Congreso Nacional Pro Vida y Familia de Ecuador (http://www.noticiasglobales.org/comunicacionDetalle.asp?Id=1001).

Una de los puntos que yo desatacaría, por su valentía, como novedoso es el no ceñirse a los métodos naturales como si fueran una marca de distinción católica sino que, por el contrario, hagamos una apuesta decidida por la vida.

Me encanta escuchar algo así. La buena noticia del evangelio lleva al hombre a la locura del amor. No se trata de estudiar los límites de lo permitido sino traspasarlos sobradamente, pero en sentido contrario, por amor.

Efectivamente, hablamos, entre otras cosas, de tener familias numerosas de diez, cinco, trece hijos; de tener a nuestros viejos en casa con nosotros, de redescubrir la fuente de alegría de la castidad y la virginidad, de vivir el dolor en su dimensión redentora, de encontrar la felicidad en medio de la enfermedad tanto en nosotros como en los que nos rodean y de anteponer la familia al trabajo.

Estoy harto de oír hablar en los ambientes católicos de los métodos naturales para el control de la natalidad con la misma mentalidad contraceptiva que los no creyentes hablan de los artificiales.

Por eso los cristianos auténticos, que cuentan con la ayuda de la gracia y con el Espíritu Santo que habita en ellos, no hablan de lo que está mal sino que hacen radicalmente el bien. Aman hasta la locura. Y amar significa entregase; o sea, sufrir, perder, sacrificarse o morir para que el ser amado reciba placer, victoria, descanso y vida, sin esperar nada cambio.

Sin embargo la cultura de la muerte llega a todos los sitios, tanto de dentro como de fuera de la Iglesia, disfrazándose de las más nobles causas. Puedo utilizar algunos de vuestros valiosos comentarios que he recibido en esta bitácora, - que no hacen sino animarme con esta singladura que he emprendido -, relativos al aborto, como muestra de lo dicho:

Por ejemplo Orlando Inagas, que en sus escritos muestra una gran calidad humana, cae, creo yo, por esta presión ambiental que nos seduce a través del sentimentalismo y que nos nubla la razón, pero, ¡ojo!, sin que nos percatemos, nos mata también el espíritu, en un craso error: aceptar moralmente el aborto en los casos de peligro de la vida de la madre y de violación. Por favor, razonemos un momento ecuánimemente, ¿no nos damos cuenta que en el aborto estamos matando a un tercero?. En caso de violación: Acaso justificaríamos que se matara a un niño ya nacido porque su padre fuera un psicópata, ¡no!, que el padre haya cometido una violación no lo debe pagar el niño. Aunque esto comporte un gran sacrificio para la madre. Otro asunto es lo que hagamos con ese bebe cuando nazca. Aunque ya os lo digo yo, con certeza, en el noventa por ciento de los casos - y me quedo corto -, la madre lo querrá muchísimo. En caso de peligro para la vida de la madre: Se imaginan que pasaría en un naufragio con pocos botes salvavidas, ¿a quién piensan que una madre propondría poner primero a seguro, aun a riesgo de su vida, a ella o a su hijo? ¿A qué ya tienen la respuesta? Bien, y si hiciera lo contrario, ¿qué pensaríamos de ella? ¿Que ha hecho lo correcto?. Porque pensamos, entonces, de forma distinta cuando el niño está en el seno de la madre. La respuesta es obvia: la presión ambiental que nos ha nublado la entendederas y nos ha endurecido el corazón. El punto es que el aborto es un crimen que no vemos. Hasta que no se vieron imágenes de la pena de muerte no hubo una sensibilización social mayoritaria contra ella. Además a mi querido Orlando le diría que hay otro gravísimo error de base en tu comentario y es confundir la malignidad intrínseca de un acto con los atenuantes o, tema este que de ordinario no se entiende bien, con la capacidad personal para actuar coherentemente. Ya trataré este tema de moral y coherencia en otra de mis entradas, pero es prolijo.


Y qué decir del comentario de uno de mis queridos “disculpados” que escribió con bastante desatino: “El aborto no es un asesinato. Un cúmulo de células (aunque sean humanas) no es un ser humano, la vida no 'comienza' en a concepción.”. Esta afirmación es una contradicción en sí misma – hay que pensar lo que pensamos – porque si nos ceñimos, tal y como razona nuestro amigo, a la mera materialidad, todo ser humano, haya o no nacido, no es más que un cúmulo de células. Nada, unos cien billones. Por tanto, cómo determinaremos, pues, al ser humano; tal vez, ¿por la cantidad de células o por el grado de evolución del conjunto?. En cada uno de esos dos supuestos dejaríamos una peligrosa puerta abierta para excluir de la dignidad de ser humano a muchas personas. No hay posición más sincera ni más garantizadora de los derechos de la persona que reconocer la concepción como el origen de la vida humana. Además, la concepción, es el único momento del crecimiento de un hombre donde surge algo distinto. Por otro lado, por supuesto, el hombre no es un montón de células. Supongo que sabéis que las células humanas se reproducen y mueren; de tal forma, que la corporeidad del ser humano cambia completamente a lo largo de su vida varias veces sin que la identidad de su yo se vea afectada en lo más mínimo. Según Jonas Frisen (biólogo celular del Instituto Karolinska, de Estocolmo) la edad promedio de todas las células del organismo de un adulto pueden ser tan sólo de entre 7 y 10 años. Es decir, cada diez años, tenemos un cuerpo nuevo mas nuestra persona sigue intacta.

Por cierto, soy enemigo de la corrección política vigente y contrario, en consecuencia, a respetar todo. Yo respeto a todas las personas, como creaturas amadas de Dios que somos, pero no respeto, ni mucho menos, todas la ideas ni opiniones. El amor es así, siempre corrige al que se equivoca. Por cierto algunos de vuestros comentarios me corrijen con acierto y lo admito. Escribiré de ello.

10 comentarios:

Zeb dijo...

No he encontrado aún tiempo para hacer ciertos comentarios a las entradas del blog -enhorabuena por él-, pero aquí envío algo que ha elaborado un buen amigo mío. Remeda la típica conversación entre un provida y un abortista. Recordar que uno de los supuestos despenalizados en España (y otros países) para la realización del aborto es que el niño tenga taras psíquicas o físicas:

Una charla como sin duda has tenido ya... pero con información y links:

- ¿Abortarías si el ginecólogo te dijese que tu hijo va a nacer ENFERMO?

- Los ginecólogos se pueden equivocar, ¿no? Recuerda ese caso a principios de 2007: decían que el bebé tendría atresia de esófago, así que decidieron abortarlo... pero el niño salió vivo y sin atresia ni nada; eso sí, murió por haberlo sacado tan prematuro. Vamos, que lo mataron, y ni siquiera estaba enfermo. Abortar es matar un niño antes de nacer, enfermo o no.
[Mira la historia en http://www.forumlib ertas.com/ frontend/ forumlibertas/ noticia.php? id_noticia= 7603 ]

-Bueno, pero imagínate que es seguro, seguro que va a nacer SIN BRAZOS, por ejemplo...

- Ya, pero si nace sin brazos puede hacer aún montones de cosas; sin brazos Tony Meléndez toca la guitarra ¡con los pies! y vende discos y hace giras.
[Mira el impresionante VIDEO con el testimonio de Tony Meléndez aquí: http://video. google.com/ videoplay? docid=-381986262 8517136815 ]

- OK, pero la vida es muy dura; imagínate que nace SIN BRAZOS y SIN PIERNAS!!!!

- Bueno, pues si nace sin brazos y sin piernas mi hijo puede aún ser ¡¡¡¡campeón deportivo, escribir un libro y conducir un cherokee!!!! Fíjate en la historia de Kyle Mainard y su libro "Sin excusas".

[Reseñado aquí: http://www.forumlib ertas.com/ frontend/ forumlibertas/ noticia.php? id_noticia= 7776 ;
el libro está en http://www.ciudadel a.es/cream/ ?page=1&codigo=100030 ]

- Vale, pero imagínate que alguien se queda CIEGO, TETRAPLÉJICO, y ATADO A UN RESPIRADOR, y progresivamente peor y...

- Ya, quieres decir como Olga Bejano. ¡Esta chica ya ha escrito dos libros contando su testimonio de amor a la vida! Y tiene un grupo de amigos en Internet, donde cuelga testimonios, artículos, experiencias. Puedes conocerla -y sus libros- leyendo en http://groups. msn.com/colorsal mon .

- Vale, pero todos esos supertipos se empeñan en vivir...

- Sí, aman la vida, pero no son supertipos, son personas normales; son muy especiales porque se han curtido en el esfuerzo, tienen sentido del humor, gente que les quiere y, curiosamente, todos ellos tienen una espiritualidad fuerte.

- OK, lo que quieras, se empeñan en vivir... pero mi vida es mía, ¿no?, y si yo no soy tan súper, y ya no quiero vivir, me la puedo quitar y punto... ¿o no?

- Si no quieres vivir lo que necesitas es un psiquiatra y mucho amor y un sentido de la vida, que te quite la depresión. Las depresiones se curan, ¿sabes? Además ¿tu vida es tuya? ¿Sólo tuya? ¡No, hombre!

Mira lo que dice Ángel Lozano, que se quedó tetrapléjico a los 18 años: "La vida no es sólo de uno; es mía y de mis amigos, mis padres..." Después del accidente, él pensaba que era el final... ¡pero no lo fue! Con la ayuda de sus amigos y familia y gente con experiencia que lo ha vivido antes, siguió adelante, se sacó el título de farmacia y ahora es cuentacuentos, algo que le encanta. Puedes leerlo aquí: http://www.forumlib ertas.com/ frontend/ forumlibertas/ noticia.php? id_noticia= 7644 .

Y ahora una pregunta: ¿por qué hacen películas y homenajes a los que se suicidan, como Ramón Sampedro, y en cambio ni hacen películas ni dan ayudas a los heroes cotidianos que luchan por vivir día a día, que no se suicidan, ni abortan, ni eutanasian, pese a sus durísimas situaciones?

¿Por qué esconden a los héroes de la vida y promocionan a personajes hundidos en la cultura de la muerte?

Por eso decimos muchos ¡sí a la vida, no a la cultura de la muerte! ¡Gracias a todos vosotros, héroes cotidianos! Gracias por enseñarnos a vivir.

Anónimo dijo...

No dejen de leer también esto:

http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/Familias/numerosas/elpepuesppvs/20041016elpvas_6/Tes

Anónimo dijo...

Perdón, este es el link completo:

http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/Familias/numerosas/elpepuesppvs/20041016elpvas_6/Tes?print=1

Anónimo dijo...

http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/Familias/numerosas/elpepuesppvs/20041016elpvas_6/Tes

Anónimo dijo...

PEDRO UGARTE
Familias numerosas
PEDRO UGARTE 16/10/2004

Uno siente una especial simpatía por eso que se llama familia numerosa, una simpatía nada vocacional, ya que, aunque en este país se puede acceder a tan singular categoría con apenas tres vástagos, y teniendo el que escribe el honor de haber traído ya dos al mundo, no alberga sin embargo la más mínima intención de incrementar el contingente de domésticos reclutas. Pero sí hay que reconocer que en las familias numerosas anida algo en sí mismo admirable, voluntarioso, que sólo puede contemplarse con ternura.

El hecho de que con tres hijos ya exista familia numerosa casa bien con la sociología del momento. De hecho, me basta ver a un hombre o a una mujer acarreando tres chiquillos por la calle para volver la cara con gesto admirado, incluso con cierta curiosidad antropológica. ¿Cómo se puede hoy día mantener semejante optimismo? Porque las familias numerosas, al fin y al cabo, son la mejor muestra de un optimismo que desarma. Esos progenitores que no sólo traen muchos hijos al mundo, sino que son conscientes de que consagrarán buena parte de sus vidas a cuidarlos, proclaman una fe en la existencia casi conmovedora.

Me enternecen y me admiran. Sacan a sus hijos adelante a despecho de toda clase de gastos. Sacrifican proyectos personales. Invierten buena parte de su renta en pañales, botitas y colegios. Viven el sobresalto continuo de tutelar pequeñuelos inclinados a meterse en toda clase de problemas, a provocar toda suerte de accidentes. Los padres y las madres que asumen esta tarea lo hacen con orgullo, frente a la indiferencia de las administraciones públicas, que muy poco hacen por ellos; frente a la ironía de amigos y conocidos; incluso frente a la mala fama que hoy mantienen conceptos tradicionales como la familia, los amores fraternos y los vínculos paterno-filiales. Esto último es quizás lo más cruel de todo. Si la familia, como institución, no está de moda, lo de la familia numerosa huele a cavernícola. De ella se ríen el cine y la literatura; de ella se ríen los actores, los famosos y los ágrafos filósofos de Gran Hermano y Crónicas Marcianas. De ella se ríen incluso los filósofos de verdad. Esto de mantener una familia representa, para los modernos, para los listillos, una verdadera prueba de indigencia mental. Ningún reconocimiento reciben esos titanes de la reproducción que aún insisten en incrustar tres o cinco hijos en los mínimos apartamentos de hoy en día. Desde una perspectiva estética, el hecho se ve incluso como algo cutre: los héroes, los seres atractivos, siempre suelen ser solteros.

Los poderes públicos y los intelectuales, los grupos de presión y los tertulianos, tienen labores mucho más altas de las que ocuparse: la supervivencia del oso panda, el régimen jurídico de las uniones de hecho, la prejubilación de los empleados de astilleros inviables, la afirmación de valores cada vez más abstractos, más gaseosos. Entiéndase, no se trata de criticar la legítima defensa de causas tan loables, pero sí de constatar un paradójico contraste. Hoy todo parece subvencionable, todo digno de exquisita atención pública, todo merecedor de delicada tutela administrativa, salvo la filfa de comprometerse a crear, alimentar, tutelar y educar nuevos ciudadanos.

Obsequiemos con una sonrisa amable a los pardillos que se hinchan a poner pañales, a preparar biberones, a endeudarse hasta las cejas para sacar sus retoños adelante. Porque persiste un discurso pseudoprogresista que, absurdamente, ve la procreación como un hecho en sí mismo reaccionario, un discurso que incluso ridiculiza la paternidad (¡qué decir de la maternidad!) cuando la vida está llena de exposiciones de arte abstracto y de países que visitar en vacaciones. Aquí se subvenciona todo lo imaginable. Se legisla sobre cualquier mínimo interés corporativo. Se protege todo lo que pueda ser digno de protección. Pero los padres que se arreglen con sus hijos. En el pecado llevan la penitencia. Todo está investido de un inmarcesible interés social, salvo el hábito reaccionario, casi degradante, de traer hijos al mundo. Pues vaya. Qué sociedad más rara.

ECM dijo...

De nuevo expones tu gran ignorancia sobre cualquier tema biológico. Ser humano es una concepción, obviamente, humana, que no tiene nada que ver con los límites biológicos de la vida, o un individuo biológico.

Un individuo biológico es aquel organismo unicelular o cúmulo de células vivas que puede sobrevivir y reproducirse por si mismo.

"Aceptada esta verdad elemental, vemos que en el ser humano, tanto espermatozoides como óvulos son células, unidades de vida al igual que las neuronas, los leucocitos, los hepatocitos o los odontoblastos. Cuando un espermatozoide fecunda a un óvulo, se forma una nueva célula, distinta a las dos que le dieron origen, pero sigue siendo una célula. La diferencia fundamental es que esa nueva célula contiene la información genética de los dos potenciales progenitores del individuo que está por producirse, pero que aún no lo es. El hecho de que esa célula-huevo sea el resultado de esa fecundación del gameto femenino por parte del masculino, no le confiere el estatus de individuo biológico, pues no puede sobrevivir de manera independiente a quienes sí son individuos biológicos: la madre y el padre. Solamente los individuos biológicos pueden desarrollarse y sobrevivir de manera independiente a otros de su misma y de otras especies, gracias al proceso de diferenciación y especialización de sus partes. En el caso de los vertebrados superiores, grupo al cual pertenece el ser humano, ni embriones ni fetos pueden considerarse individuos biológicos pues carecen del desarrollo que les permite alcanzar esa independencia en su existir, aunque estén compuestos de células y, por lo tanto, haya vida en ellos, pero no individuación. Por esa sencilla razón, la destrucción de una célula o un conjunto de células cualquiera del ser humano no puede ser considerada un homicidio.

Si la tesis antiabortista de la ultraderecha fuera correcta tendríamos que extenderla a cualquier modalidad de pérdida celular. Cualquier hemorragia sería un asesinato de células del tejido sanguíneo y tendría que ser sujeto de persecución legal, en algunos casos con la atenuante de la involuntariedad del "homicidio", como en la menstruación, pero no lo sería así en el caso de la pérdida de células del tracto bucal expulsadas en un escupitajo, o en la extracción de una muela, menos aún en la amputación de un miembro. En todos esos ejemplos existe una masiva pérdida de células de uno u otro tipo. Hay pérdida de vida, a veces consciente y voluntaria. ¿Han de considerarse estos casos como asesinatos?"

Y vuelvo a lo mismo: dame una prueba para lo que dices, no cites encíclicas o evangelios. Dame una sola prueba científica de todo lo que dices. Y no reniegues de la ciencia para probar cosas de teología: la ciencia es sólo el método para obtener conocimiento, y sí, ten mucho mucho miedo, porque la ciencia ya está entrando en los terrenos de la metafísica, y por ningún lado se ven pruebas del alma, el espíritu santo o Dios.

Dame una sola prueba para todo lo que dices.

Orlando Inagas dijo...

Hola Ultimo!
Googleando mi nombre llegue a tu blog. No recuerdo haber tenido el gusto de compartir antes.
Soy Cristiano, y creo que Cristo tiene una sola iglesia.
Ahora, estimado, no recuerdo haber defendido el aborto, quizá hice algún comentario (llevado por la emoción que me ataca a veces); quizá defendí el asunto en el caso de violaciones, ya que todavía me parece grave obligar a una madre a llevar una carga tan pesada.
No obstante, estoy abierto al debate y la opinión. Tus argumentos suenan muy bien y son dignos de tomarse en consideración.
Te presento mis respetos, desde Venezuela
Un amigo.

El Último dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El Último dijo...

Estimado Orlando Inagas:

Lamento haberte contestado tan tarde pero ¡mi tiempo es tan limitado! que ya me cuesta mantener mi blog actualizado con nuevas entradas.

Bueno, te mencioné en esta entrada para contestarte con la atención y extensión que te mereces al comentario que hace timepo me hicíste en esta otra:

http://blog-elultimo.blogspot.com/2007/03/el-aborto-es-un-asesinato-y-punto.html


Un saludo

Orlando Inagas dijo...

Ultimo!
Gracias por tu amabilidad. La tardanza no importa, la intención es lo que cuenta.

Sabes algo. Yo te mencionaba ese comentario porque conocí el caso de una adolescente violada que le pidió a sus padres - al día siguiente de la violación - que la llevaran al médico. Tengo entendido que tomó algo así como un abortivo para evitar un posible embarazo. Ella realmente no quería que sucediera.

Honestamente te digo, el aborto es pecado y es contra las leyes de Dios... y sin embargo, ¡cuanto dolor me daría negarle esa petición a esa joven! Es muy traumático. Por ello te decía, no siempre es tan fácil decidir al respecto.

Un saludo respetuoso.
:D

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