jueves, 15 de marzo de 2007

Masculino, ¿es bueno?: Sí.

Ayer estuve en una reunión en el colegio de uno de mis hijos varones pequeños. La profesora, que es muy amable y además da la impresión de ser buena en su profesión, me decía que el chaval no quería usar zapatillas tipo ballet sino deportivas porque para él eran de chica. A esto yo le respondí inmediatamente que me parecía fenomenal. Ella se extrañó y me contestó con el tan manido tópico, que oyes cuando hablas con muchas mujeres, de que eso sonaba un poco machista. Hay que reconocer que me lo dijo con mucho respeto y sin mala baba – creo haber comentado que es muy maja; desde luego no es una cerril, no lo es -.

Entonces le comenté que no se trataba de machismo ni de nada parecido y le aseveré sin remilgos que lo viril está en crisis y que es necesario reforzar a los chavales a sentirse a gusto con lo que son: hombres. Ella parecía extrañarse más. Teniendo en cuenta, que hablaba con un persona inteligente, traté de razonar con ella poniéndole ejemplos de anuncios de televisión feministas y haciéndole la típica pregunta de: ¿Qué pasaría si fuera al revés? Automáticamente empezó a entender lo que le decía y acabó dándome la razón. Se imagina alguien que en la publicidad de una empresa de lavadoras en vez de aparecer un señor que se lo llevan en volandas, tras telefonazo de su pareja femenina, por inútil y por no saber utilizar el electrodoméstico apareciera una señora condenada por su pareja masculina a leerse el manual cien veces por que fuera incapaz de manejar la máquina por mera intuición. Yo sí me lo imagino lo que pasaría: un escándalo. Ah, ZP seguro que pediría, por prudencia y talante, retirar el anuncio de la parrilla.

A lo que íbamos: Ser hombre está de capa caída.

Bueno, antes de seguir quiero aclarar de antemano algunos conceptos: Primero, que aunque la características de lo masculino y lo femenino estén bien claras, estas se dan en personas de ambos sexos. ¡Faltaría más!. No somos robots fabricados en serie. También que ayudarse mutuamente en las labores domésticas nada tiene que ver con lo que estoy hablando, aunque esto segundo no debería ser aclarado en una sociedad normal. Y por último, ni mucho menos quiero dar entender lenidad frente al maltrato. Esta última aclaración me parecería del género tonto, pero en las circunstancias que nos movemos la gente entiende cada cosa, qué….

Aclaraciones hechas, vamos a lo nuestro: ¿En crisis decíamos?. Eso es. Todo los atributos que definen lo masculino como la fuerza, la disciplina, la fortaleza, la justicia, la ley, la camaradería, la lealtad, la discreción, el sacrificio y la templanza parecen características antiguas, estúpidas o machistas. Tan solo parecen tener valor si alguna fémina está adornada con alguna de ellas. Para los hombre lo bueno y positivo es ser tiernos, blandos, respetuosos, sensibles, cariñosos, graciosos, sumisos y muy tranquilos. ¡Coño, si hasta a veces se ve por la calle a un jayán llevando en su brazos un osito de peluche rosa que le ha regalado su novia!

¿Dónde está el hombre auténtico?. Que se entrega a su mujer y a sus hijos, no como el inmaduro que no quiere ningún problema. Que tiene ideas claras y sabe dónde está el bien y dónde el mal, no como el superficial que pensar le da dolor de cabeza. Que es firme cuando las circunstancias lo requieren y da seguridad a los que de él dependen, no como los niños treintañeros cuando no cuarentones que viven en casa con papá y mamá y los fines de semana se van con la novia. Esto es el hombre en su dimensión profunda, él que utiliza su fuerza para ordenar todas las cosas hacia el bien.


Es imperioso recobrar esa imagen del hombre. La necesidad de encontrar esta esencia masculina se ve muy claramente en la familia donde los hijos tras una fase inicial, donde la madre es la referencia básica, etapa en la que crecen en su dimensión personal, primero y social después, llegan a la preadolescencia en la que la figura del padre es determinante. Aquí los chavales exigen, sin que sean conscientes, que se les inculque la ley; es decir, qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Los atributos masculinos son esenciales para ayudarles a llegar con cierto equilibrio personal a la edad juvenil.

El feminismo exacerbado que lo impregna todo en nuestra contracultura es el causante de que todo lo que suene a masculino parezca malo o rancio. Y llegado a este asunto del feminismo, siempre se arguye que hemos llegado a este dislate por la opresión que durante siglos ha ejercido el varón sobre la mujer. Y yo digo, si esto fuera así (que lo niego como un absoluto, aunque haya habido mucho de ello, pero algún otro día entraremos en esto), ¿porqué hemos convertido a las mujeres en hombres?. Si lo que fallaba era el hombre, ¿porqué no hemos dejado a la mujer tal cual era y nos hemos puesto a cambiar al hombre para que sea como tiene que ser?. Pues no, la mujer se ha vuelto infiel, promiscua y obsesa del trabajo; o sea, ha adquirido los peores hábitos que los caballeros tradicionalmente han tenido y el hombre, por su parte, no le queda otra que ser como Fofito para poder sobrevivir.

Pues yo me niego, quiero que mis hijos varones se sientan orgullos, al igual que mis hijas, de cómo Dios les ha hecho: hombres y mujeres; diferentes, aunque iguales en su dignidad, y complementarios.

2 comentarios:

Carmen Bellver dijo...

Volveré a leerlo con más tranquilidad, pero por lo que he ojeado la cosa promete. Me parece estupendo educar a los hijos para que se sientan orgullosos de ser hombre o mujer sin necesidad de adquirir lo peor de cada sexo.
Bueno, la mejor educación es la que les hace autónomos. Cocinar ellos/ellas. Trabajar ellos/ellas.
En cuanto a los valores morales idem.

Dimas dijo...

Me parece estupendo, en la casa paterna siempre fue así, somos cinco hermanos, tres varones y dos hembras y nos educaros trabajando todos por igual. En mi casa ahora la tonica es la misma, yo tengo hijas solamente pero siempre nos han visto a mi esposa y a mi arrimando el hombro sin ningun tipo de problema y yo soy muy, pero que muy masculino y ella es muy, pero que muy femenina

Un saludo

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